Estudiantes de UBV-Maracaibo ensayan experiencia productiva
Estudiantes
de UBV-Maracaibo ensayan experiencia productiva
Durante
el V Congreso de Diversidad Biológica, realizado en la sede de la
UBV desde el pasado lunes 21 de julio, los responsables del espacio
han mostrado a los participantes su experiencia, que se inscribe en
función de un fin último: contribuir a la soberanía alimentaria,
“punta de lanza” del proceso de transformaciones políticas que vive Venezuela, tal como
aseguró Indira Peña, estudiante del último semestre en la carrera
de Agroecología.
Equipo de Prensa Congreso de Diversidad Biológica
Cumbe Ubevista. |
Un
grupo de aproximadamente 20 estudiantes de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV)
-sede Maracaibo, estado Zulia- lleva adelante un proyecto de
producción de alimentos, con el nombre de Cumbe, en espacios del
campus universitario.
Indira Peña. |
Al
respecto, Peña expuso que en noviembre del año pasado cosecharon
200 cachamas que vendieron directamente al comedor de la casa de
estudios “a un costo muy por debajo del mercado”, agregaría, en
referencia a los 40 bolívares que cobraron por kilo, y que en ese
entonces se encontraba por 50 en la calle. Además, explicó que con
las ganancias de esa venta lograron comprar 7 mil alevines para dos
nuevas lagunas que actualmente se encuentran operativas.
Como
profundización
en la lucha contra los químicos en la producción agrícola, se
encuentran experimentando con alimentos alternativos
para los animales, a base de la planta de moringa, harina de maíz,
amaranto y harina de yuca, elementos que producen en el mismo
terreno.
Rafael
Fernández, también estudiante de Agroecología, explicó que entre
la diversidad de plantas que siembran se encuentran 36 variedades de
yuca -producto de un intercambio con productores cubanos, que les
suministraron las semillas-, además de berenjena, cacao, chimbombó y nim -que se usa para el control de insectos no deseados.
Igualmente,
han comenzado con la siembra de plantas medicinales, para combatir
desde su espacio a la industria farmacéutica, que se lucra con los
padecimientos de la gente, además de preservar los saberes
ancestrales de la medicina tradicional.
“La
idea es que nosotros vayamos buscando personas, dándole esa
motivación para que se incluyan y trabajen aquí”, añadió
Fernández en torno al tema de dar continuidad a un proyecto que
ronda los dos años de actividad.
Su
compañera, Arianna Guerrero, quien acaba de pasar al segundo semestre
en Salud Pública y se unió al Cumbe desde que comenzó sus
estudios, agregó que lo que buscan es, además
de la producción, generar conciencia sobre el “derroche de los
recursos naturales" y que la comunidad estudiantil tenga sentido de
pertenencia y respeto por el trabajo de la tierra.
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